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La pizza napolitana es mucho más que un simple alimento: es un símbolo universal de tradición, cultura y convivialidad, reconocida oficialmente como patrimonio cultural inmaterial por la UNESCO en 2017. Este prestigioso reconocimiento celebra el arte del pizzaiolo napolitano, una maestría transmitida de generación en generación que combina hábilmente ingredientes simples, técnicas antiguas y una profunda pasión. La pizza napolitana se distingue por sus características inconfundibles: la masa suave y elástica, el borde ligeramente inflado y dorado, y los ingredientes auténticos que respetan estrictamente la tradición. Las variantes clásicas son la Margherita, con tomate, mozzarella de búfala, albahaca fresca y aceite de oliva virgen extra, y la Marinara, con tomate, ajo, orégano y aceite de oliva. Preparada en hornos de leña a temperaturas extremadamente altas, la pizza napolitana celebra la calidad de los ingredientes italianos, como los tomates San Marzano y la mozzarella DOP. El arte del pizzaiolo no se limita a la cocina: es un verdadero ritual cultural que implica la preparación de la masa, su extensión manual y una cocción rápida, a menudo acompañada de canciones y tradiciones locales. Este patrimonio inmaterial representa no solo la gastronomía italiana, sino también la identidad y creatividad de todo un pueblo, convirtiéndose en un símbolo global de unión y alegría. Hoy en día, la pizza napolitana es amada y reproducida en todo el mundo, pero para vivir la experiencia auténtica, nada se compara con una visita a las históricas pizzerías de Nápoles, donde se puede disfrutar de esta maravilla culinaria en su contexto original.
El Día Mundial de la Pizza, celebrado el 17 de enero, es un día especial dedicado a honrar uno de los platos más icónicos y amados del mundo: la pizza. Esta fecha no es casual, ya que coincide con la festividad de San Antonio Abad, el patrón de los panaderos y pizzaiolos, una figura profundamente arraigada en la tradición culinaria italiana. El evento rinde homenaje no solo a la pizza en sí, sino también al arte, la historia y la cultura que rodean este plato único. Nacida en Nápoles como un alimento humilde, la pizza ha conquistado el mundo gracias a su simplicidad y versatilidad. Sus variantes clásicas, como la Margherita y la Marinara, son símbolos de excelencia italiana, y el arte del pizzaiolo napolitano fue reconocido en 2017 como patrimonio cultural inmaterial por la UNESCO. Durante el Día Mundial de la Pizza, pizzerías y pizzaiolos en Italia y en todo el mundo organizan eventos especiales para celebrar la maestría detrás de cada pizza. También es una oportunidad para explorar recetas creativas o redescubrir los sabores auténticos de las tradicionales, a menudo acompañadas de historias sobre los orígenes de este alimento. Un dato interesante es que aproximadamente 5 mil millones de pizzas se consumen en todo el mundo cada día, convirtiéndola en uno de los alimentos más populares de todos los tiempos. El 17 de enero no solo representa una celebración gastronómica, sino también un momento para honrar el trabajo y la pasión de los pizzaiolos, guardianes de un arte que combina tradición e innovación. Ya sea que prefieras una pizza clásica, gourmet o casera, este día es la oportunidad perfecta para rendir homenaje a la reina de la mesa.